¿Quién soy? La puerta hacia la divinidad.

Una de las preguntas que abre la búsqueda del camino espiritual es precisamente la que nace en el momento en que todo lo externo resulta efímero y poco valioso.

¿Quién soy? Recuerdo que me lo preguntaba una y otra vez como si de esto dependiera mi vida, y durante mucho tiempo las respuestas encontradas no resultaron satisfactorias a mi inquieta y ansiosa mente. Sin embargo, en la vida no existen las casualidades y hoy más que nunca sé que en el momento en el que me surgió la duda, era el momento perfecto para que yo iniciara el viaje.

Hoy puedo decir que SE LO QUE SOY, muchas veces se siente más y otras menos, pero en el fondo existe algo latiendo que está en paz. Se que soy un alma que vino a habitar este cuerpo para aprender a través de las experiencias. Se que soy luz y obscuridad al mismo tiempo. Sé que todo nace y muere en mi, tal como lo hace en el Universo. Sé que las cosas son más simples de lo que parecen.

También estoy segura que dentro de mi hay dos fuerzas que están activas, una siempre tratando de dominar a la otra pero esa ya se sabe triunfadora y por eso no lucha. Estas fuerzas son el EGO y el SER, el ying y el yang.

Ambos están aquí para que cumplamos nuestro propósito, ese que termina en PENSAR MENOS Y CONFIAR MÁS, esas fuerzas son parte del motivo por el que yo encontré la puerta a la divinidad. Todo cobró sentido.

Mi consejo por si estás atravesando este mágico momento es que disfrutes de saber que no eres lo que crees que eres, que eres más y que somos más. Que somos luz y que yo soy tu. Que tal vez nunca encuentres una respuesta exacta a esta pregunta pero que si de algo estoy segura es que a partir de que te la hagas, nada será lo mismo, porque hallarás el camino de vuelta a casa.